sábado, 9 de abril de 2011

de horninillos y apetencias

cuando Europa era la vieja Europa
Ilgvun Sprundel
era un soltero de lo más codiciado
el joven Ilgvun  marques de Staplesteing
pasaba las madrugadas trotando a lomos de su yegua
retornando a su morada tras arduas batallas nocturmas
en compañía  de Ronaldo el bachiller y Stravinia la ciega
mientras se estremecía bajo las últimas heladas de un año
que no anunciaba una primavera fuera de lo común
la fiesta de los  almendros estaba próxima
y todas las muchachas de la región preparaban su puesta en escena
con especial arrobo
los buhoneros hacían su agosto ofreciendo género textil
recién traido de la India
sedas y organzas para las mujeres y casi mujeres curiosas
que inspeccionaban con ansia e inquietud
soñandose como princesas deslumbrantes
las menos afortunadas tendrían que apostar su suerte a su propia maña
y cosérselo ellas mismas
la astuta Malory
había citado a su amiga Rebeca
para tomar el té
en su residencia
a media tarde
ella tenía información de primera mano sobre Ilvung
al fin y al cabo casi había sido una hermana para Zaveck
se habían criado juntas en la granja de su familia
y ella también había sufrido de tuberculosis
aunque con más fortuna que su desdichada prima
huérfana  desde la más tierna infancia
y cuando al fin la vida le sonreía con la promesa del amor
y una boda inminente con el heredero de Staplesteing
la enfermedad la desgarró fulminante
justo antes de las navidades
se apagó la luz de sus ojos dejando
ninguna otra herencia que sus bucles castaños
derramados sobre el ataud
un camafeo de oro y un pañuelo manchado de sangre
de su último aliento
una tos mortífera
Rebeca que había entendido como una señal
su supervivencia
empezaba a sentirse molesta ante lo que consideraba
un oportunismo de lo más  ofensivo
por parte de su anfitriona
aunque no podía menos que agradecer
sus atenciones
ya que no eran muchas las que le prodigaban en la zona
pues la leyenda de la maldición pesaba sobre ella
mientras tanto el joven marqués ajeno a las intrigas femeninas
pasaba las horas practicando y componiendo
en su piano
canciones para arder en  la oscuridad  de las noches
encendiéndola al candil de los tragos
a su pobre y viciosa amiga ciega y en compañía de su
inseparable Ronaldo tan sátiro como entrañable varón
tan hijo de Baco como de la ninfa
-no  alcanzo a ver el por qué de tanto anhelo hacia el amor del marqués
le dijo Rebeca a su amiga:
-Pues su riqueza material no puede ni por asomo acercarse
al infortunio de su destino
además de ser sombrío, sus costumbres bordean
lo rijoso, lo mezquino y lo pagano
no te conviene como marido
-No se qué te hace pensar que esas son mis intenciones, tan sólo se me ocurre que proyectas en mi tus propias inquietudes, al fin y al cabo para tu familia Zaveck poco menos que usurpó tus derechos y es comprensible que continues albergando la esperanza de ser desposada.
-Me deja más tranquila saber que no has perdido el juicio,  pero te equivocas al interpretar  mis intenciones que no son más que las de una amiga que se preocupa y bueno, eres libre de elucubrar pero no tanto como para herir mis sentimientos (y traicionar mi confianza) yo me tengo que ir que se hace tarde, nos veremos en la fiesta el martes.